El primer cambio “traumático” para cualquier usuario de iOS es el de tener dos espacios de trabajo distintos: el escritorio y el cajón de aplicaciones. En iOS el escritorio no existe y todas nuestras aplicaciones se almacenan en la ventana principal. Por un lado, en el cajón de aplicaciones de Android encontrarás también todas y cada una de las aplicaciones instaladas, mientras que en el escritorio podremos colocar accesos a nuestras aplicaciones preferidas y dejar para el cajón las que utilicemos menos. También podremos instalar “widgets”, pequeñas aplicaciones que corren en el escritorio y ofrecen simples accesos directos o información –relativa al tiempo, al calendario, etc-.
Es posible que después de probar el sistema Android no te encuentres cómodo y sientas que no necesitas tener dos espacios de trabajo diferentes. Hay usuarios que proceden de iOS que lo encuentran lioso y no terminan de acomodarse, pues todo les parece más desordenado. En nuestra opinión lo mejor acaba siendo acostumbrarse, porque de hecho al final acaba estando todo bastante más organizado (y todavía más si utilizas launchers que permiten la gestión de carpetas tanto en el escritorio como en el cajón); sin embargo si no aguantas más y quieres sentirte como iOS siempre puedes instalar el launcher* “Espier Launcher”, un launcher que simula bastante bien la apariencia de iOS, o algún otro como el “MiHome Launcher”, que lo gestionan todo en un único espacio.
Como anexo importante a este tema, ya que tratamos el mundo de las aplicaciones, has de saber que aquí la AppStore como tal no existe. Existe Play Store, que cumple exactamente la misma función y que podrás utilizar una vez asocies tu dispositivo Android con tu cuenta de Google. En el PlayStore encontrarás los launchers anteriormente citados así como cualquier aplicación que busques
*El Launcher es la aplicación que gestiona la apariencia visual de nuestro terminal y permite navegar entre las aplicaciones. En iOS el Launcher es “SpringBoard”.
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