Una baja que genera dudas:

Indiscutiblemente algo está pasando en Android últimamente. Demasiadas bajas importantes en la división móvil de Google. Hasta ahora todo podía apuntar a que el proyecto del Androide verde podría haberse quedado atascado, tocado fondo, o cualquier cosa similar. Pero a las ya anunciadas marchas de Andy Rubin, Jean Baptiste Queru y el poderoso Hugo Barra, todos ellos personas de vital importancia en Android, ahora se le suma la de Romain Guy, y es aquí donde la historia cambia.



Con las tres primeras bajas podíamos deducir que el proyecto en Android perdía fuerza, puesto que dejar la todopoderosa Google para firmar por empresas menores no entra en la lógica de nadie. Pero ahora con la última baja todo cambia. Resulta que no es una baja al uso, puesto que no deja la compañía, sino que deja la división Android.

Ese movimiento abre muchos interrogantes porque surge la duda si realmente Android se estaba quedando estancado, o si quizás se está haciendo muy fuertemente y ha llegado gente con muchas ideas y no había cabida para los antiguos. Sin duda es un poco complicado llegar a una conclusión después de este último movimiento, aunque si nos dieran a escoger, creemos que Android tiene una vida muy larga y que estos movimientos son fruto de prepararse para un año que va a ser muy duro para el Androide de Google.

Quizás hasta que ha saltado esta noticia, los dirigentes de grandes empresas se flotaban las manos con los abandonos de gente tan importante del departamento de Android, pero con esta última baja creemos que les va a volver a entrar el miedo, y eso nos hace pensar que quizás Android no está tan mal como parece, y que tiene más que estudiado el siguiente movimiento ante la inminente llegada de sistemas operativos.

A ver si la sorpresa de Android Kit Kat no ha sido más que una estrategia para esperar soltar el sistema Key Pie Lime cuando aparezca Tizen o alguno de estos sistemas operativos que pueden hacer mucho ruido?. Sea lo que sea que esté pasando, lo que parece después de este movimiento es que las aguas vuelven a su cauce y que Android sigue siendo lo que es, un sistema operativo muy potente que en cinco años se ha hecho con el control mayoritario de la telefonía y ha llevado al abismo a empresas tan importantes como Nokia y Blackberry.